Open Cosmos ha lanzado con éxito el nanosatélite Phisat-2, diseñado para mostrar las capacidades y el potencial de la IA en órbita en el campo de la Observación de la Tierra. El nanosatélite (un CubeSat de seis unidades), fue integrado por Exolaunch y ha despegado de la base de la fuerza espacial de Vandenberg en California, durante la misión Transporter-11 Rideshare, con SpaceX desde un Falcon 9.
El satélite Phisat-2 combina una cámara multiespectral con un potente ordenador que permite que las aplicaciones de IA se ejecuten a bordo, mediante el programa NanoSat MO Framework (NMF), desarrollado específicamente para satélites pequeños, que permite instalar, actualizar y operar las aplicaciones de forma remota desde la Tierra.
La IA ya ha demostrado ser un recurso muy útil para ayudar a la comunidad científica a analizar diferentes aspectos, como es el caso de los datos de los satélites. En este sentido, una gran diferencia que introduce este nuevo nanosatélite ejecutado por Open Cosmos es que, aunque la mayor parte de este procesamiento de IA se hace en tierra, después de que los datos se hayan descargado, la misión Phisat-2 permite que se ejecute directamente en el espacio. Así, en lugar de descargar grandes cantidades de datos sin procesar, las aplicaciones integradas pueden procesar y transmitir sólo la información más esencial a la Tierra, dando beneficios tangibles en la eficiencia de la transmisión de datos y facilitando una toma de decisiones más rápida.
Todos estos aspectos son fundamentales para mejorar las actuaciones de respuesta a desastres, el seguimiento marítimo, la protección del medio ambiente o la detección de nubes, entre otros.
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